¿Puede el preadolescente evitar cometer equivocaciones si se le oculta el significado de los procesos de crecimiento y desarrollo propios de su edad?
Entender la vida como proceso de
cambio, conocer la función de los órganos sexuales en los procesos de la vida
misma, poder valorar el acto de su propio nacimiento, deducir que puede
participar en el proceso de concepción y nacimiento de una nueva vida y lo que
ella significa, saber que puede interpretar de su propio cuerpo indicios de que
ha dejado de ser niño o niña y entender que los procesos de cambio físico lo
inducirán a cambios comportamentales, pero que a su vez le conducirán a
estructurar su nueva personalidad adulta, le ayudan al preadolescente a:
·
Prepararse
mental y emocionalmente para darle sentido a todo lo que le ocurre, como algo necesario
para su proceso de evolución de niño a adulto.
·
Asumir
sus procesos de cambio con naturalidad, valorando cada hecho como símbolo de
maduración y no como los fantasmas a los que hay que temer.
·
Entender
los procesos de cambio de su cuerpo y a interpretar las señales que éste le
envía ante cada acontecimiento.
·
Reflexionar
ante su querer hacer y su deber ser, para no verse afectado por actos
irreflexivos en una etapa en la que lo verdaderamente significativo es su
formación integral.
·
Visualizar
el adulto que desea ser y aprovechar el entusiasmo propio de su edad para
lograr sus metas sin romper en forma abrupta con la disciplina familiar.
·
Deducir
que los cambios de comportamiento son una consecuencia de sus cambios físicos y
no una causa para separarse de su hogar cuando aún le falta crecer y madurar.
Corresponde a padres y maestros entender
estos procesos de cambio no sólo como transitorios sino como necesarios para su
proceso de maduración y mantenerse firmes en las decisiones o normas que, tanto
en la familia como en la institución escolar, deben haberse pactado. Todo
cambio en ellas debe implicar concertación y diálogo con ellos, esto es, no deben
cambiarse unilateralmente a menos que deseemos que se rompa la comunicación,
tan vital en esta etapa de la vida.
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